Creando Salud
© Creando Salud Instituto de Metabolismo y Naturopatía Aplicada

En la familia se apoya tu pie de

equilibrista de la vida

Si la familia está en equilibrio todo sale bien

La familia es la máquina de desarrollo a cualquier nivel de la persona. La identidad y la estructura de convivencia social se producen en la familia. También la autoestima o la capacidad para establecer lazos saludables se generan en el núcleo familiar. De la familia heredamos también los hábitos, tradiciones, los valores, las habilidades y todas aquellas capacidades necesarias para enfrentar el exterior. La Organización Mundial de la Salud define la salud integral como un estado de completo bienestar físico, mental y social. La salud integral pasa por la salud física, mental y social y, de acuerdo con esta definición, no solo supone la ausencia de enfermedades, sino el bienestar de la persona y la capacidad para afrontar las dificultades de cualquier adversidad de donde provenga. Esa capacidad de resiliencia o de renovarse, así como desarrollar estilos de vida y hábitos saludables se establece principalmente a través de la familia. Ya sabemos que la salud integral de una persona encuentra sus bases en la impecable estructura familiar. Se caracteriza por una serie de hechos: Hacer uso del diálogo para la resolución de los conflictos. Participación activamente en la toma de decisiones, de modo que todos sientan el derecho y el deber de hablar, escuchar, ceder, exigir y acatar cuando sea necesario. En la que se respetan por igual las ideas, gustos y necesidades de los distintos miembros. En la que los distintos miembros saben pedir y otorgar perdón. Que practica diariamente hábitos de higiene personal y familiar, participando todos los miembros en el orden y limpieza de la casa. Que practica hábitos alimenticios en los que las horas de comida son espacio de convivencia y salud. En la que no hay lugar para conductas violentas ni faltas de respeto en ninguna dirección. En la que los distintos miembros se protegen, se cuidan, se aconsejan y se toleran. La unión familiar hace la fuerza.

La familia zona segura

El Refugio de la Familia

La familia es el refugio de la persona, donde encontrar nuestro espacio de confort y seguridad, sosiego y amor después de llegar del exterior. La familia es el sostén donde se amortiguan los conflictos cotidianos y el terreno donde encontrar comunicación para entendimiento y comprensión. La comunicación, es uno de los vehículos para llegar a un estado de bienestar en armonía familiar entre sus miembros. Volvemos a encontrarnos con el arte, y es que el propio vivir en función de su enfoque, sean las adversidades que se den, va a determinar nuestra calidad de vida. Cuando se presenta un problema, pérdida o shock, hay formas de darle la vuelta a la percepción de ese suceso, porque el suceso no va a cambiar; pero nuestra mentalidad hacia el evento. La familia es una entidad única, y si me lo permiten «sacra», que siempre se tiene incondicionalmente, tengas la creatividad que tengas para resolución de problemas, porque la comunicación debe estar presente siempre en su sistema. La comunicación se favorece cuando compartimos espacio, un tiempo, sea de ocio o de trabajo, pero que estimule el diálogo de lo nuestro, superando los bloqueos de vergüenza, por contar nuestros quehaceres. Hay una observación interesante, y es «De qué hablamos», y lo asombroso es que acostumbramos a hablar más de lo que nos hace sentirnos molestos que de lo que nos agrada de los demás, y esto, en relación con nuestros hijos, fomenta el que estén a la defensiva y dificulta el diálogo con ellos, de este hecho se destapa grandes descubrimientos en la conducta de los miembros de la familia. Sería necesario que nuestras comunicaciones estén llenas de mensajes con muestras de delicadeza, de sentimientos. No hay que olvidar que no solo comunican las palabras, y que los sentimientos necesitan de pocas para hacerse elocuentes: una mirada, una caricia. La familia es el templo donde nos reconocemos todos con respecto a los nuestros, en nuestro espacio, donde podemos sentirnos libres, incluso de boca. Si no se dan estas características, nos acercaríamos más a lo disfuncional, lo insano, el desequilibrio y la enfermedad.
Más información
Ética Ciencia y Salud
Revista de pensamiento
 
CS
El vínculo que te une a tu verdadera familia no es el de la sangre, sino el del respeto y la alegría que tú sientes por las vidas de ellos y ellos por la tuya. (Richard Bach)
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En la familia se apoya tu pie de

equilibrista de la vida

Si la familia está en equilibrio todo sale bien

La familia es la máquina de desarrollo a cualquier nivel de la persona. La identidad y la estructura de convivencia social se producen en la familia. También la autoestima o la capacidad para establecer lazos saludables se generan en el núcleo familiar. De la familia heredamos también los hábitos, tradiciones, los valores, las habilidades y todas aquellas capacidades necesarias para enfrentar el exterior. La Organización Mundial de la Salud define la salud integral como un estado de completo bienestar físico, mental y social. La salud integral pasa por la salud física, mental y social y, de acuerdo con esta definición, no solo supone la ausencia de enfermedades, sino el bienestar de la persona y la capacidad para afrontar las dificultades de cualquier adversidad de donde provenga. Esa capacidad de resiliencia o de renovarse, así como desarrollar estilos de vida y hábitos saludables se establece principalmente a través de la familia. Ya sabemos que la salud integral de una persona encuentra sus bases en la impecable estructura familiar. Se caracteriza por una serie de hechos: Hacer uso del diálogo para la resolución de los conflictos. Participación activamente en la toma de decisiones, de modo que todos sientan el derecho y el deber de hablar, escuchar, ceder, exigir y acatar cuando sea necesario. En la que se respetan por igual las ideas, gustos y necesidades de los distintos miembros. En la que los distintos miembros saben pedir y otorgar perdón. Que practica diariamente hábitos de higiene personal y familiar, participando todos los miembros en el orden y limpieza de la casa. Que practica hábitos alimenticios en los que las horas de comida son espacio de convivencia y salud. En la que no hay lugar para conductas violentas ni faltas de respeto en ninguna dirección. En la que los distintos miembros se protegen, se cuidan, se aconsejan y se toleran. La unión familiar hace la fuerza.

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El Refugio de la Familia

La familia es el refugio de la persona, donde encontrar nuestro espacio de confort y seguridad, sosiego y amor después de llegar del exterior. La familia es el sostén donde se amortiguan los conflictos cotidianos y el terreno donde encontrar comunicación para entendimiento y comprensión. La comunicación, es uno de los vehículos para llegar a un estado de bienestar en armonía familiar entre sus miembros. Volvemos a encontrarnos con el arte, y es que el propio vivir en función de su enfoque, sean las adversidades que se den, va a determinar nuestra calidad de vida. Cuando se presenta un problema, pérdida o shock, hay formas de darle la vuelta a la percepción de ese suceso, porque el suceso no va a cambiar; pero sí nuestra mentalidad hacia el evento. La familia es una entidad única, y si me lo permiten «sacra», que siempre se tiene incondicionalmente, tengas la creatividad que tengas para resolución de problemas, porque la comunicación debe estar presente siempre en su sistema. La comunicación se favorece cuando compartimos espacio, un tiempo, sea de ocio o de trabajo, pero que estimule el diálogo de lo nuestro, superando los bloqueos de vergüenza, por contar nuestros quehaceres. Hay una observación interesante, y es «De qué hablamos», y lo asombroso es que acostumbramos a hablar más de lo que nos hace sentirnos molestos que de lo que nos agrada de los demás, y esto, en relación con nuestros hijos, fomenta el que estén a la defensiva y dificulta el diálogo con ellos, de este hecho se destapa grandes descubrimientos en la conducta de los miembros de la familia. Sería necesario que nuestras comunicaciones estén llenas de mensajes con muestras de delicadeza, de sentimientos. No hay que olvidar que no solo comunican las palabras, y que los sentimientos necesitan de pocas para hacerse elocuentes: una mirada, una caricia. La familia es el templo donde nos reconocemos todos con respecto a los nuestros, en nuestro espacio, donde podemos sentirnos libres, incluso de boca. Si no se dan estas características, nos acercaríamos más a lo disfuncional, lo insano, el desequilibrio y la enfermedad.
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El vínculo que te une a tu verdadera familia no es el de la sangre, sino el del respeto y la alegría que tú sientes por las vidas de ellos y ellos por la tuya. (Richard Bach)