Creando Salud
© Creando Salud Instituto de Metabolismo

Revista

Un transformador muy eficiente que convierte

una adversidad en energía vital constructiva

La actitud, parte esencial de la intervención integrativa

Las personas felices solo tienen en común la manera en la que transforman una vivencia en energía vital constructiva. Para unos hay vivencias buenas o malas; para otros hay experiencias que enseñan y ayudan a evolucionar como seres humanos. Por ello, si un mismo hecho desventurado puede hundirles en la tristeza, y para otros los convierten en una aventura, un aprendizaje que construye, el objetivo del profesional de la salud es tener conocimiento del mapa mental de la persona a la que tenemos en estudio. La actitud con la que se afronta un problema de salud no es la misma en cada uno de los polos. La vida nos permite seleccionar a la carta cada camino, en función de nuestras predilecciones e intuición, y aplicar nuestro arte de vivir en cada circunstancia, no solo para eludir el dolor, la depresión o tristeza, sino porque por naturaleza ese tipo de personas son buscadores de ese aprendizaje perpetuo que llevan dentro, de esa intensa inquietud por descubrir y disfrutar de las nuevas experiencias. La persona que convierten las adversidades en derrota Definir a la persona que siempre ve la botella media vacía lleva su complejidad. Dando por hecho que todas las personas tenemos un compromiso con la responsabilidad para lo que nos debemos: familia, trabajo; con la correspondiente protección por estabilidad para no perder seguridad y garantías, existen personas, no solo que no arriesgan hacia cambios constructivos sino, que están en una línea destructiva hacia los miembros de la familia o trabajo, cuando tratan de exponer ideas; incluso el respeto se pierde. Cuando llegan eventos desafortunados, cambio de estatus laboral, pérdida de trabajo, su pregunta es «por qué a mí». Desde esta actitud, es para donde hay que enfocar con el fin de abrir horizontes, sustituyendo el «por qué» por la frase «para qué fin». «Si bien la víctima se pregunta «¿por qué a mí? y el superviviente se pregunta «¿y ahora qué?» Es conveniente para estimular un cambio, evitar esperar a que «el tiempo cure» si lo permite, preguntarse «qué es lo más sabio hacer con ese tiempo», como estimular un cambio constructivo, en lugar de lamentarse. Vivir en el sufrimiento es un «modus vivendi», una cueva sombría. Lamentablemente, quien no se percata de ello, está camuflado en su dolor, no va a pedir un cambio, la ayuda no llega, no está preparado para salir de esa red enquistada. Sentirse desplazado, no comprendido Determinadas personas que hayan perdido a seres, o enfermado, puedan sentirse afligido, e incluso molestos con el hecho de convertir adversidades en energía constructiva, quizá por pensar que no se está siendo empático con su situación, pero para estos estados, la terapia, no trata de enseñar, tampoco tanto de consolar, sino de «proveer de las herramientas correspondientes para facilitar habilidades para la resolución y reconstrucción de ese trozo de la vida, esa adversidad que ha dañado». La directriz no es enseñar a no tener dolor, sino dar las herramientas para aprender a sustituirlo, y no llegar al sufrimiento con la finalidad de aprender del evento en sí. Algunos factores que repercuten en cierto grado en todas las personas, son de diferente índole, como ciertas carencias de habilidades o destreza para manejar situaciones, tener un carácter que no les ayude a conciliar, poseer un factor genético que marca dicho rasgo innato, no darse las condiciones óptimas en su entorno, padecer un estrés el cual les castiga, no tener capacidad de adaptación a ciertos cambios en los sistemas de trabajo, así como a actitudes de compañeros, y por supuesto las dificultades como una barrera si se establece en una familia disfuncional. Un cúmulo de elementos ensombrecen el equilibrio biopsicosocial de la persona; quizá lo que se recomienda cambiar no es la realidad que acontece, sino la perspectiva y actitud, mediante cambios en el mapa mental; lo cierto es que no todos estamos preparados para ese cambio sin ayuda; por tanto, es necesario adquirir herramientas para emprender en este viaje transformador en energía vital constructiva.
¿Estarías preparado para un cambio, es compatible con tu perfil? C uando una persona acude para resolver un problema de salud, espera que se le el correcto abordaje para conseguir un tratamiento definitivo; para ello es necesario conocer a la persona de forma global, pero específicamente en lo psicológico; se necesita un tiempo prudente para saber si se está preparado para el cambio; aquí el primer reto, a descubrir, ¿está la persona preparada? Hay un estrecho espacio entre el perfil psicológico a analizar y el tiempo que se dispone en las primeras consultas, a menudo que avanzan las sesiones, se va obteniendo una información detallada. Más que un apuro es una alta responsabilidad para el profesional de salud, hacer el estudio de inicio y elegir la estrategia de la terapia, en un tiempo que aún no fuera el prudente, y definir el grado de preparación tanto para el tipo de estrategia como para el cambio que debe hacer; es necesario a menudo que avanzan las sesiones ir descubriendo el perfil psicológico para asociarlo al programa de forma integrativa. Por ello los sistemas de intervención sanitaria en algunos casos no llegan a ser efectivos por esta carencia; el desconocimiento. La meta de un sanitario o terapeuta no debiera ser curar en una primera instancia, sino tener la información en corto tiempo, qué herramientas y con qué estrategia (neurolingüística, psiconeuroinmunología…) en función del perfil. Por ello, la necesidad de un abordaje integral mediante un tiempo proporcional frente al conocimiento de los aspectos necesario de la conducta de la persona en función de sus necesidades. ¿Quiere el paciente someterse al cambio que se propone? Al final, en todo proceso se debe sustituir los obstáculos por vías constructivas que fluyan, y dar el paso para el nuevo tratamiento. «Ahora ya dispuesto al cambio para transformar toda adversidad en energía vital».
Ética Ciencia y Salud
 
CS
«El mayor descubrimiento de todos los tiempos es que una persona puede cambiar su futuro simplemente cambiando su actitud». -Oprah Winfrey-
© Creando Salud Instituto de Metabolismo y Naturopatía Aplicada

Revista

Un transformador muy eficiente que convierte

una adversidad en energía vital constructiva

La actitud, parte esencial de la intervención integrativa

Las personas felices solo tienen en común la manera en la que transforman una vivencia en energía vital constructiva. Para unos hay vivencias buenas o malas; para otros hay experiencias que enseñan y ayudan a evolucionar como seres humanos. Por ello, si un mismo hecho desventurado puede hundirles en la tristeza, y para otros los convierten en una aventura, un aprendizaje que construye, el objetivo del profesional de la salud es tener conocimiento del mapa mental de la persona a la que tenemos en estudio. La actitud con la que se afronta un problema de salud no es la misma en cada uno de los polos. La vida nos permite seleccionar a la carta cada camino, en función de nuestras predilecciones e intuición, y aplicar nuestro arte de vivir en cada circunstancia, no solo para eludir el dolor, la depresión o tristeza, sino porque por naturaleza ese tipo de personas son buscadores de ese aprendizaje perpetuo que llevan dentro, de esa intensa inquietud por descubrir y disfrutar de las nuevas experiencias. La persona que convierten las adversidades en derrota Definir a la persona que siempre ve la botella media vacía lleva su complejidad. Dando por hecho que todas las personas tenemos un compromiso con la responsabilidad para lo que nos debemos: familia, trabajo; con la correspondiente protección por estabilidad para no perder seguridad y garantías, existen personas, no solo que no arriesgan hacia cambios constructivos sino, que están en una línea destructiva hacia los miembros de la familia o trabajo, cuando tratan de exponer ideas; incluso el respeto se pierde. Cuando llegan eventos desafortunados, cambio de estatus laboral, pérdida de trabajo, su pregunta es «por qué a mí». Desde esta actitud, es para donde hay que enfocar con el fin de abrir horizontes, sustituyendo el «por qué» por la frase «para qué fin». «Si bien la víctima se pregunta «¿por qué a mí? y el superviviente se pregunta «¿y ahora qué?» Es conveniente para estimular un cambio, evitar esperar a que «el tiempo cure» si lo permite, preguntarse «qué es lo más sabio hacer con ese tiempo», como estimular un cambio constructivo, en lugar de lamentarse. Vivir en el sufrimiento es un «modus vivendi», una cueva sombría. Lamentablemente, quien no se percata de ello, está camuflado en su dolor, no va a pedir un cambio, la ayuda no llega, no está preparado para salir de esa red enquistada. Sentirse desplazado, no comprendido Determinadas personas que hayan perdido a seres, o enfermado, puedan sentirse afligido, e incluso molestos con el hecho de convertir adversidades en energía constructiva, quizá por pensar que no se está siendo empático con su situación, pero para estos estados, la terapia, no trata de enseñar, tampoco tanto de consolar, sino de «proveer de las herramientas correspondientes para facilitar habilidades para la resolución y reconstrucción de ese trozo de la vida, esa adversidad que ha dañado». La directriz no es enseñar a no tener dolor, sino dar las herramientas para aprender a sustituirlo, y no llegar al sufrimiento con la finalidad de aprender del evento en sí. Algunos factores que repercuten en cierto grado en todas las personas, son de diferente índole, como ciertas carencias de habilidades o destreza para manejar situaciones, tener un carácter que no les ayude a conciliar, poseer un factor genético que marca dicho rasgo innato, no darse las condiciones óptimas en su entorno, padecer un estrés el cual les castiga, no tener capacidad de adaptación a ciertos cambios en los sistemas de trabajo, así como a actitudes de compañeros, y por supuesto las dificultades como una barrera si se establece en una familia disfuncional. Un cúmulo de elementos ensombrecen el equilibrio biopsicosocial de la persona; quizá lo que se recomienda cambiar no es la realidad que acontece, sino la perspectiva y actitud, mediante cambios en el mapa mental; lo cierto es que no todos estamos preparados para ese cambio sin ayuda; por tanto, es necesario adquirir herramientas para emprender en este viaje transformador en energía vital constructiva.
¿Estarías preparado para un cambio, es compatible con tu perfil? C uando una persona acude para resolver un problema de salud, espera que se le el correcto abordaje para conseguir un tratamiento definitivo; para ello es necesario conocer a la persona de forma global, pero específicamente en lo psicológico; se necesita un tiempo prudente para saber si se está preparado para el cambio; aquí el primer reto, a descubrir, ¿está la persona preparada? Hay un estrecho espacio entre el perfil psicológico a analizar y el tiempo que se dispone en las primeras consultas, a menudo que avanzan las sesiones, se va obteniendo una información detallada. Más que un apuro es una alta responsabilidad para el profesional de salud, hacer el estudio de inicio y elegir la estrategia de la terapia, en un tiempo que aún no fuera el prudente, y definir el grado de preparación tanto para el tipo de estrategia como para el cambio que debe hacer; es necesario a menudo que avanzan las sesiones ir descubriendo el perfil psicológico para asociarlo al programa de forma integrativa. Por ello los sistemas de intervención sanitaria en algunos casos no llegan a ser efectivos por esta carencia; el desconocimiento. La meta de un sanitario o terapeuta no debiera ser curar en una primera instancia, sino tener la información en corto tiempo, qué herramientas y con qué estrategia (neurolingüística, psiconeuroinmunología…) en función del perfil. Por ello, la necesidad de un abordaje integral mediante un tiempo proporcional frente al conocimiento de los aspectos necesario de la conducta de la persona en función de sus necesidades. ¿Quiere el paciente someterse al cambio que se propone? Al final, en todo proceso se debe sustituir los obstáculos por vías constructivas que fluyan, y dar el paso para el nuevo tratamiento. «Ahora ya dispuesto al cambio para transformar toda adversidad en energía vital».
Creando Salud
Ética Ciencia y Salud
Revista de pensamiento
«El mayor descubrimiento de todos los tiempos es que una persona puede cambiar su futuro simplemente cambiando su actitud» -Oprah Winfrey-